entre bambalinas

Hace ya unos meses de la última entrada y parece que fue ayer cuando me despertaba enredada entre  las sábanas de mi antigüa casa.
Sí, nos hemos mudado, no de ciudad, porque todavía estamos tan enamorados de ella como el primer día, pero sí de barrio y de hogar.
Un hogar mucho más luminoso, con más espacio, jardín, zonas verdes, kilómetros de carril bici que hasta puedes perderte en ellos (yo lo hice). Un río, su paseo, y todo un agradable vecindario que hacen de mis últimos días prevacacionales un remanso de paz.
 Y eso que entre bambalinas aun seguimos preparando los últimos pedidos, a la par que colocando cosas en la nueva casa, pero esa parte una vez hecha la temible mudanza la disfruto como una niña con lápiceros nuevos, con ilusión y delicadeza.
Y así entre telares, hilos y cajas, apuro los días que darán paso a mañanas en pijama, tardes de sol y playa, y noches de terraza y cañas que terminarán viendo desaparecer las estrellas de madrugada.












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